Chelua
Puesto militar español en el antiguo Sahara español. Parte del muro exterior ha sido derribado, solo se conservan los paños de muro que protegen de los vientos dominantes. En esta ocasión lo encontré vacío y pude pasar una noche tranquila y protegido del viento en su interior. Eso escribía en 2015. Conocía el lugar de los antiguos mapas del Sahara Español y de los franceses, Chalwa. Un topónimo señalado en los mapas sin la menor indicación de su naturaleza, ni siquiera está identificado como pozo. Chelua son unos pozos y un morabito de un descendiente de Maa El Ainin. A unos decenas de metros otro descendiente del mencionado fundador de la ciudad de Smara se construyó una casa en 2008 a la que se retira temporadas a rezar y meditar, que mantiene abierta y con los suministros básicos para el que necesite refugio. No se trata por lo tanto de un pequeño fuerte, aunque lo parezca y el muro, no concluso en lugar de derribado, protege la vivienda de los vientos habituales en el Sahara Atlántico, los Alisios.
Se encuentra sobre una apenas perceptible elevación de un par de metros sobre el terreno que le ofrece una vista dominante del llano que lo rodea por los 360º. Esta bien mantenido y en el interior se encuentra todo lo necesario para poder cocinar y dormir. Muy cerca se encuentra un morabito.
Esta todo abierto, es decir, cerrado pero sin llave y en perfectas condiciones. Hay butano y utensilios de cocina, esteras y alfombras, pieles de borrego para dormir, mantas, cojines, velas, alimentos no perecederos.
Hablando con gente que hizo su mili allí no conocían siquiera el nombre y eso fue lo que me puso en duda sobre que aquella construcción fuera un fuerte español. Más tarde conocí al propietario de los terrenos que me lo corroboro..Chelua es lo único interesante en ese trozo del mapa. Hay que querer ir allí. Se encuentra en medio de una zona llana, aburrida si se puede decir, no hay relieve alguno y pocos cambios en la textura del terreno, poco más que un punto en el mapa.
Para mi tiene un significado especial ya que cuando comencé a planear la travesía del Sahara Atlántico en moto era uno de los hitos de la ruta. No tenía ni idea de lo que iba a encontrar en ese sitio pero si que iba a pasar por él. Cuando lo visite la primera vez no me decepciono, un lugar donde encontrar la paz la misma que busca el propietario de la casa en ese lugar. He pasado varias noches en la casa algunas en placentera soledad, otras la he compartido con pastores y cuando hice la asistencia a Judith en su travesía Con2ruedas con el propietario con el que es un auténtico placer conversar, sus palabras rebosan sabiduría y su tono transmite serenidad.
Comentarios
Publicar un comentario